Es una especie con origen mediterráneo, perteneciente a la familia de la menta y crece en forma de arbusto. Las hojas son de color verde y ovaladas, las flores rojas, rosas y blancas. Tiene una larga historia como planta medicinal y también como ingrediente para muchas “pócimas”. Se decía que quién consumía hojas de salvia adquiría sabiduría.
La salvia tiene muchos usos, desde gastronomía a tratamientos de belleza. Por su aroma se utiliza en lociones y cremas para cuidar la piel, también para el cabello. Por su gusto, se emplea en preparaciones en la cocina
Esa es una consulta muy popular y vale la pena aclararlo. Esta planta usada en la cocina o en tratamientos de belleza y como se ha dicho anteriormente con excelentes propiedades para diversas dolencias o trastornos también es muy buena para los que desean disfrutar de un vientre chato en poco tiempo. Es ideal para las mujeres que están haciendo dieta (y los hombres también), porque entre los beneficios de la salvia se encuentra el hecho de que puede regular la función digestiva.
Consumiendo té o infusión de salvia se puede prevenir y también aliviar las inflamaciones que se producen por los malestares estomacales, como por ejemplo debido a ingerir mucha cantidad de alimentos (lo que se conoce como un atracón) o comer alguna comida que no estamos acostumbrados (como por ejemplo fritos, chocolate, etc). También sirve para no dejar de disfrutar de un “permitido” durante la dieta, ya que estos alimentos se comen con desesperación y suelen caernos bastante pesados.
La infusión de esta planta también se puede usar para depurar el organismo, porque desecha las toxinas que dañan el cuerpo. Entre sus propiedades debemos decir que la salvia estimula la vesícula biliar, ayuda a combatir el estreñimiento, favorece el tránsito intestinal, elimina las flatulencias, sirve para expulsar los gases acumulados (una de las razones por las que tenemos la panza hinchada) y facilita la eliminación de los líquidos que se retienen en el cuerpo (sobre todo en los tobillos, piernas y pies).
Preparar un té de salvia es realmente muy sencillo. Sólo tienes que colocar 15 gramos de la planta seca o fresca (hojas y flores) por litro de agua hirviendo. Si te gusta las preparaciones más naturales, puedes tener una planta de salvia en tu casa (en una maceta, en el jardín, en el balcón o en la cocina donde ingrese abundante sol) o bien ir a la dietética o herboristería y adquirir salvia seca, como cualquier otra hierba.
Una vez que mezclas agua y salvia dejas reposar unos tres minutos. Luego añade zumo de limón a gusto y si lo deseas puedes endulzar este té con un poco de stevia o miel pura de abejas. Su sabor sin endulzante puede ser un poco amargo, pero dependerá de tus preferencias.
Esta cantidad puede rendirte entre tres y cuatro días. Durante este período, además de beber la infusión es preciso que lleves a cabo una dieta saludable, repleta de frutas y vegetales, sobre todo aquellos que te sirven para una mejor depuración y desintoxicación del organismo.
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