La higuera infernal, conocido en algunos países como higuerilla, es un arbusto que crece como “mala hierba” en los bordes de los caminos y terrenos baldíos. Crece sólo en climas templados, ya que las heladas constituyen su peor enemigo. Es un arbusto que puede medir hasta 15 metros de altura; el tallo puede presentar cierto color rojizo, así como los peciolos y los nervios de las hojas, que son muy grandes, palmeadas, y con más de cinco lóbulos afilados con los bordes dentados. Según la raza de ricino que se trate, el aspecto y color de la semilla variará: con o sin espinas o púas, de color rojizo… La floración se produce durante todo el año. La especie es monoica, esto es, en la misma planta existen dos tipos de flores distintas, las masculinas, situadas en la parte inferior de la inflorescencia, y las femeninas, en la parte superior. Para la obtención del aceite se exprimen las semillas sin tegumento, con lo que se obtiene una torta que también es tóxica, pues en ella se encuentra ricina; por eso no se puede emplear en la alimentación del ganado, a diferencia de las que se obtienen de la extracción de otros aceites. Después se refina con tratamientos con vapor de agua, filtros y aclaramiento, consiguiendo así un líquido viscoso, más o menos amarillento, de sabor desagradable. Hasta no hace mucho tiempo, el aceite de ricino era tan popular como el aceite de hígado de bacalao. No faltaba en las casas un frasco con ese aceite, que se daba a los niños cuando tenían empacho o estreñimiento agudo
l ricino es un arbusto de tallo grueso y leñoso, hueco que, al igual que los peciolos, nervios e incluso las propias hojas en algunas variedades, puede tomar un color púrpura oscuro y suele estar cubierto de un polvillo blanco, semejante a la cera.
Las hojas son muy grandes, de nervación palmeada y hendidas de 5 a 9 lóbulos, de bordes irregularmente dentados; las hojas son alternas, con peciolo muy largo, unido por su parte inferior.
Las flores están dispuestas en grandes inflorescencias, erguidas, que, cuando jóvenes, emergen de una espata en los nudos entre el tallo y los pedúnculos de las hojas; en la parte inferior de dichas inflorescencias están las flores masculinas, con un cáliz, con cinco piezas lanceoladas/triangulares y múltiples estambres soldados, con forma de columna, ramificada en forma de coliflor. Las flores femeninas se encuentran en la parte superior de la panícula, con ovario, formado por tres hojas carpelares y rematado por un pistilo trifurcado, con papilas destinadas a captar el polen. Florece casi todo el año.
El fruto es globuloso, trilobulado, casi siempre cubierto por abundantes púas, que le dan un aspecto erizado; tiene tres cavidades, cada una con una semilla, grande y jaspeada, de superficie lisa y brillante, rematada por una excrecencia y que contiene una toxina llamada ricina.1 Al secarse los frutos, la cubierta espinosa se tensa progresivamente produciendo finalmente un efecto de resorte que lanza la semilla a distancias superiores a los diez metros, siendo ésta la forma de esta planta para extenderse.
Requiere un clima cálido sin heladas, está disperso por casi todas las regiones cálidas del globo, habiéndose naturalizado por ser una planta cultivada desde la antigüedad. Parece ser originaria del cuerno de África (Abisinia).
Las semillas son muy tóxicas, por la presencia de una albúmina llamada ricina, ya que basta la ingestión de unas pocas, masticadas o tragadas, para que se produzca un cuadro de intensa gastroenteritis con deshidratación; puede dañar gravemente el hígado y el riñón e incluso producir la muerte. Es una de las toxinas biológicas más potentes que se conocen.
El aceite de ricino, obtenido por prensado de las semillas y calentado para destruir la ricina, es uno de los purgantes más reputados, debiéndose su acción al ácido ricinoleico; tiene el inconveniente de su desagradable sabor. En la actualidad encuentra aplicaciones en la industria de pinturas y barnices, así como para la fabricación de lubricantes y líquidos para frenos.
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