Planta de Jazmín

Los jazmines son plantas de climas cálidos, prefieren el sol a la sombra. La tierra debe tener buen drenaje y estar bien nutrida. Tenemos que buscarles un lugar con el espacio suficiente para que sea más sencillo cuidarlos. Le pondremos una cerca o postes para que se pueda sostener la enredadera. Es recomendable que la distancia que pongamos entre cada jazmín sea de dos metros y medio.
Se utiliza en medicina natural para eliminar el estrés y la depresión. Las flores frescas contiene sustancias con propiedades afrodisicacas y en té (muy popular en China) acelera el metabolismo lo que ayuda a la pérdida de peso, la depuración de toxinas y la digestión.

Sin duda su mayor aportación la realiza al mundo de la perfumería, cosmética y aroma terapia, siendo uno de los ingredientes imprescindibles en muchos perfumes.
Cuida la aparición de malezas. Cuando veas alguna, quítala rápidamente para evitar que se reproduzca. El jazmín cuando crece es una planta pesada, es recomendable ponerle una estaca para ayudarla a crecer bien. Del mismo modo, puede resultar muy útil para embellecer vallas, verjas y otros elementos por los que el jazmín pueda trepar.

En cuanto al riego, en verano puedes regarla cada dos días mientras que en inverno puedes limitarte a añadirle agua un vez por semana. Fertiliza el jazmín en la primavera y a principios de otoño con abonos orgánicos.
En casas de familia los jazmines son muy requeridos por tener un gran valor ornamental, sobre todo las especies trepadoras que son utilizadas para cubrir paredes.

Necesita un lugar soleado para que su floración sea la mejor. Conviene podarlo regularmente, ya que es de crecimiento rápido, y no necesita de ningún suelo en especial. Cuidar que siempre este húmedo y que su drenaje sea bueno.

Si los capullos no se abren, es porque la planta no recibe la luz suficiente.

Si el jazmín está en maceta, debemos trasladarlo a un lugar más iluminado, pero que no le de el sol en forma directa.

Si las hojas se vuelven marrones, es porque está recibiendo luz solar en forma directa. En tal caso, debemos retirarlo de allí o se secará por completo.

Este otro consejo vale para todas las plantas. La opción más sencilla para mantener tus plantas siempre húmedas es pulverizarlas dos veces por semana con agua tibia, a través de un rociador de lluvia muy fina.

El mejor momento son las primeras horas de la mañana, previo a haber limpiado el polvo de las hojas. Otra opción es colocar las plantas de a grupos en un recipiente con piedras y regarlas.





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