Conocido como el pulpo, este raro hongo es nativo de Australia y Tasmania. Los delgados brazos rosas, usualmente cuatro o siete en número, emergen de una estructura en forma de huevo. Cuando se desenvuelven están cubiertos con pequeñas masas de esporas llamadas gleba. Aunque se vea bello, nunca debes acercarte a él cuando madura: huele a carne podrida.
De origen australiano o neozelandés, fue descubierto por primera vez en Europa en 1914 en el distrito francés de Saint-Dié-des-Vosges. Se sospecha que llegó a este lugar durante la Primera Guerra Mundial por medio de las esporas fijadas a los caballos de los soldados australianos y de su forraje, o simplemente en las botas de los soldados.
También se baraja la posibilidad de que se introdujera en el distrito francés de Burdeos en los hilados de Raon-l'Étape al viajar las esporas a través de las lanas llegadas del hemisferio sur.
Su extensión se habría hecho a toda Europa a partir de estos dos polos, siempre de froma puntual y aislada, al norte de Italia, Eslovaquia, Sajonia y Bélgica. En los años sesenta se constató su presencia al sur de los Pirineos y actualmente se tiene constancia de este hongo en todas las regiones de la Cornisa Cantábrica y Galicia.
Actualmente se han encontrado en altas praderas de Medellin colombia. se desconoce su procedencia y también se ha reportado en Bogotá en la zona del separador de la autopista norte y la quebrada aguas calientes.
Encontrado nuevamente trás cinco años en Humedal Capellanía localidad de Fontibón en Bogotá, el 15 de agosto de 2015 en un recorrido con el Jardín Botánico de Bogotá, Fundación Humedales Bogotá y Fundación dodo Colombia.
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