El Nabo es una planta herbácea de carácter anual, cuyas raíces constituyen un alimento muy conocido en la cocina del mundo. Se conoce de su cultivo desde el mundo clásico, aunque su lugar de origen parece situarse más al este de la cuenca del Mediterráneo, en Oriente Próximo. Aunque su uso disminuyó considerablemente en siglos anteriores, actualmente es nuevamente una de las verduras más utilizadas en la cocina. Ya sea crudo, cocido o como complemento de otros platos, el nabo regresa a los fogones de todo el mundo con mucho éxito.
Se cultiva sobre todo en las zonas templadas, y se aprovecha de ella sus raíces nudosas y tiernas. Tiene la carne y la corteza de un color blanco perlado, aunque cuando la raíz logra asomarse fuera de la tierra, adquiere una coloración púrpura o rojiza por acción de la luz solar. La raíz es de forma redondeada, aunque tras su engrosamiento, en la parte más profunda, es fina y alargada. Sus hojas son alargadas, similares a las de la planta de la mostaza y son también comestibles. Tiene unas flores amarillas muy pequeñas y un fruto similar a una vaina donde se almacenan las semillas. Las semillas del nabo son utilizadas para obtener un aceite poco utilizado pero con características muy especiales.
El nabo tiene en general un sabor picante y muy fuerte, similar al del rábano. Suelen consumirse crudos en ensaladas, o cocidos, proceso que suaviza su sabor tan intenso. A pesar de sus múltiples propiedades culinarias, la investigación médica con este vegetal es sin duda un campo poco estudiado y trabajado
El nabo (Brassica napus) o colza (Brassica napus var. oleifera), también conocida como raps1 , es una planta cultivada de la familia de las brasicáceas
Planta anual o bienal, glabra o subglabra. Raíz axonomorfa, muy a menudo fusiforme o tuberosa. Tallo de hasta 150 cm, ramificado sobre todo en la parte superior. Hojas de hasta 40 cm, glaucas, glabras o muy a menudo ciliadas en los nervios o márgenes; las inferiores, pecioladas, liradas, con 2-5 pares de segmentos laterales enteros y uno terminal mucho mayor, irregularmente dentado; las superiores, sésiles o subamplexicaules, oblongo-lanceoladas, enteras. Racimos de 20-60 flores; éstas, en el momento de abrirse, no sobrepasan a los botones aún cerrados del ápice del racimo. Pedicelos de 12-18 mm en la antesis, poco mayores en la fructificación. Sépalos 5-10 mm, erecto-patentes, glabros. Pétalos 8-18 mm, amarillos. Nectarios medianos ovoides. Frutos de 60-100 por 2,5- 4 mm, sésiles, suberectos, con 12-18(29) semillas por lóculo, atenuados en rostro de 10-16 mm, cónico, con 0-1 semillas. Semillas 1,2-1,8 mm de diámetro, esféricas, de un pardo obscuro.
Se cultiva por todo el mundo para producir forraje, aceite vegetal para consumo humano y biodiésel. Los principales productores son la Unión Europea, Canadá, Estados Unidos, Australia, China y la India. En la India ocupa un 13% del suelo cultivable. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, la colza era la tercera fuente de aceite vegetal en 2000, tras la soja, y la palma, además de la segunda fuente mundial de comida proteínica, aunque su importancia sea sólo una quinta parte de la soja. En Europa, se cultiva principalmente para alimentar el ganado (por su alto contenido en lípidos y contenido medio en proteínas)
El nabo, es una planta herbácea, muy conocida a nivel mundial, ya que se utiliza como alimento. La planta de nabo, también conocida como nabicol o berza y cuyo nombre científico es Brassica rapa, pertenece a la familia de las Brassicaceas. Esta planta se desarrolla muy bien en varios tipos de climas
creciendo desde zonas cálidas, hasta en lugares que tienen climas templados o fríos.
El origen de la planta de nabo se asigna a varios lugares, no existiendo la certeza del lugar donde surgió. Las regiones más probables son la zona mediterránea y el Medio oriente
comestible, esto se debe a que tiene características bulbosas. Los bulbos pueden crecer hasta pesar cerca de un kilogramo, aunque habitualmente son extraídas de tamaños y pesos mucho menores para su consumo.
El bulbo comestible es de tonalidades blanquecinas en su interior, sin embargo la piel del nabo y los primeros centímetros hacia el interior presentan un color morado.
Las hojas de esta planta surgen inmediatamente desde la raíz, estas hojas también son utilizadas como ensaladas aunque en menor medida que los bulbos.
El nabo es una hortaliza que se adapta muy bien a los climas fríos. Pertenece a la familia de las Crucíferas, que engloba 380 géneros y unas 3.000 especies propias de regiones templadas o frías del hemisferio norte. Estas hortalizas contienen unos compuestos de azufre considerados como potentes antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades.
La raíz del nabo y del colinabo es un alimento excelente que se consume muy a menudo en sopas, en el cocido y de otras formas, como para acompañamiento o guarnición de los platos de carne. Posee vitaminas, sales minerales y azúcares, y es de las hortalizas más sanas que pueden comerse.
El nabo es una hortaliza de escaso aporte calórico porque posee abundante cantidad de agua y un bajo contenido de hidratos de carbono, pero eso sí, es buena fuente de fibra.
Respecto al contenido vitamínico, aporta una apreciable cantidad de vitamina C y de folatos, y cantidades discretas de vitaminas del grupo B (B6, B3, B1 y B2). Sin embargo, carece de provitamina A y de vitamina E, aunque lo puedes encontrar en las hojas.
La vitamina C además de poseer una potente acción antioxidante, interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos. Asimismo favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones.
Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y la formación de anticuerpos del sistema inmunológico.
En cuanto a su composición en minerales, el más abundante es el potasio, seguido del calcio, el fósforo y el yodo.
El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, además de regular el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
El yodo es indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides, que regula el metabolismo.
El fósforo juega un papel importante en la formación de huesos y dientes, al igual que el calcio, y participa en procesos de obtención de energía del organismo.
Es importante tener en cuenta que las hojas del nabo son más nutritivas que el propio nabo. Los grelos, que se son las hojas que se cosechan antes de la floración, aportan casi el doble de proteínas y de fibra que la raíz y mucho calcio. Lo más destacable de los grelos es su composición en vitaminas y minerales. Contiene cantidades varias veces superiores a las del nabo de provitamina A o beta-caroteno, vitamina C y folatos.
El beta-caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo conforme éste lo necesita y posee una acción antioxidante. La vitamina A es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
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