Propiedades.
El aceite contenido en las hojas destruye las bacterias e insectos. El zumo de las hojas alivia bronquitis, fiebres, catarros, inflamaciones de garganta y problemas digestivos. Gracias a su olor y suave sabor aromático se usa como condimento. Contra flatulencia y gases, es antiespasmódica. Una infusión de hojas frescas y gotas de limón calman los dolores de estómago y espasmos intestinales. La infusión de sus hojas es diurética, estimulante, digestiva y relajante; el zumo de las hojas con miel de abejas alivia la fiebre. El té de albahaca hace producir más leche en las madres. El té frío es bueno para problemas en los ojos, tanto en enjuague como bebida. La albahaca es el gran regulador del sistema nervioso.
Su mayor uso está en la lucha contra la fatiga y la depresión, por su valor como activador del sistema inmune.
También hay que tener en cuenta que la albahaca es una planta anual y por lo tanto, terminado su ciclo de vida de un año, morirá de forma natural.
Hay algún truquillo para conseguir estirar su ciclo y para no quedarse sin albahaca fresca enseguida, que más adelante explicaré.
El procedimiento que yo sigo para conseguir que mis plantas de albahaca me proporcionen sus aromáticas hojas durante gran parte del año y se mantengan sanas y sin huéspedes no deseados es el de darles casi todo lo que les gusta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario