Insecto Coleóptero

El orden de los escarabajos abarca más especies que ningún otro grupo del reino animal. Se conocen al menos 370.000 especies, más de una cuarta parte del total de las especies animales. Hay unas 170 familias; aunque algunas de ellas sólo comprenden una o dos especies, otras, como la del gorgojo, contienen 30.000, muchas más, por ejemplo, que la totalidad de las especies de mamíferos. La clasificación de este enorme número de formas resulta muy dificultosa.

El orden suele dividirse en cuatro subórdenes; éstos, a su vez, se dividen en superfamilias. Las familias se dividen en subfamilias y éstas se subdividen en tribus y géneros. Algunos entomólogos consideran necesario recurrir a ulteriores agrupamientos para reflejar las muchas relaciones y diferencias existentes entre los escarabajos.
os principales órganos de los escarabajos se encuentran ubicados en la cabeza, aunque en gran parte de su cuerpo se presentan cerdas (pelos) sensoriales; por ejemplo, en las patas. La vista y el olfato son los sentidos más desarrollados en este Orden de insectos; los olores los perciben a través de las antenas, que poseen muchos receptores sensoriales, aunque también presentan órganos olfativos en otras partes del cuerpo.

Los coleópteros son un orden de insectos masticadores, con dos pares de alas, el primero, llamado élitros, endurecido para proteger al segundo, que es membranoso y suele estar plegado en abanico y doblado bajo aquéllos. Los élitros dejan visible una pequeña porción del mesotórax, llamada escudete, mientras que el metatórax está completamente oculto por aquéllos.

 Presentan metamorfosis completa con larva campodeiforme o eruciforme y pupa libre.

 Es el conjunto más extenso de toda la naturaleza: comprende más de 100.00 especies, de todos los tamaños y colores, y adaptadas a cualquier clase de existencia.

 Muchas son perjudiciales para el hombre, pues constituyen verdaderas plagas para los cultivos, y otras son útiles por atacar a las anteriores o a otros insectos dañinos.

 Algunos ejemplos son: el escarabajo, luciérnaga, gorgojo y vaquita de San Antón. Están divididos en dos subórdenes: adéfagos y polífagos, aunque también incluyen otros menores como los arcostematos y los mixófagos.

Su cuerpo está dividido en tres regiones: cabeza, tórax y abdomen. En la cabeza presentan un par de antenas, un par de ojos y el aparato bucal tipo masticador. En el tórax se insertan tres pares de patas y dos pares de alas. Éstas últimas son una característica distintiva de los coleópteros (y de ahí su nombre), puesto que el par de alas anterior está modificado en cubiertas rígidas e impermeables llamadas élitros, que cubren y protegen las alas posteriores membranosas con las que vuelan, a veces reducidas o ausentes, y el cuerpo.

Algunos escarabajos poseen estructuras llamativas como cuernos, mandíbulas, patas o antenas enormes, espinas y protuberancias de gran variedad de formas que pueden salir de diferentes partes del cuerpo.

Las larvas de los escarabajos son muy distintas en apariencia respecto a los adultos, pero una vez que atraviesan un proceso conocido como metamorfosis, adquieren las características con los cuales los reconocemos.

La mayor parte se alimenta de diferentes partes de plantas vivas: raíces, tallos, follaje, flores, polen, frutos, o semillas; inclusive algunos se meten entre los tejidos de la planta, causándole malformaciones llamadas agallas. También los hay depredadores de otros insectos y organismos pequeños. Otros comen hongos (es decir, son fungívoros) que se desarrollan en sitios húmedos, con gran cantidad de materia orgánica en descomposición.

Tanto larvas como adultos de muchas especies contribuyen al procesamiento del sustrato y en el reciclaje de nutrientes, por lo que constituyen elementos importantes en las redes tróficas y en la dinámica de los ecosistemas.




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