Su nombre botánico es Eucalyptus globulus y es nativo de Australia y Tasmania. El eucalipto o resina azul es un árbol que se cultiva en todo el mundo por su capacidad de absorber el agua y secar las marismas. Es uno de los remedios más usados habitualmente por los aborígenes australianos, y la medicina natural utiliza su aceite esencial como antiséptico de amplio espectro.
Partes utilizadas: hojas y aceites esencial
Componentes principales: aceites volátiles, taninos, aldehídos y resina amarga.
Acciones: antiséptica, descongestiva, antibiótica, antiespasmódica, estimulante, febrífuga, hipoglucemica y antihelmíntica.
Son muchos los usos que se le pueden dar al eucalipto, sobre todo cuando se lo combina con otros ingredientes. Son comunes los tés o cremas que lo contienen junto a menta, limón o miel, tres elementos que también aportan nutrientes para la resolución de cuadros gripales, resfriados y problemas de las vías respiratorias y los síntomas asociados a ellos como tos, dolor de garganta, congestión nasal o dificultad para respirar.
También se puede utilizar en enfermedades crónicas como el asma, la cual resulta difícil de tratar en muchos casos y presenta una molestia permanente para el que la padece. Algunos expertos lo recomiendan para las anginas fuertes, para las cuales se pueden realizar gargarismos con líquidos que contengan su aceite o extracto.
Gracias a una sustancia llamada eucaliptol, la cual posee un efecto mucolítico, este producto ayuda a eliminar las mucosidades y limpiar las vías respiratorias para permitir un pasaje de aire limpio y permanente. El eucaliptol también reduce la irritación que muchas veces la tos continua sumada a la inflación subyacente provoca en la garganta o nariz.
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