Regaliz Americano

Sus bellas semillas a menudo se utilizan en la joyería y la fabricación de rosarios. Sin embargo, cuando el revestimiento se rompe pueden llegar a ser muy peligrosas. Su veneno impide la síntesis de proteínas, una de las tareas más importantes de la célula. 

Síntomas: Inhalarla provoca dificultad para respirar, fiebre, náuseas y líquido en los pulmones. Si se ingiere (y el recubrimiento de la semilla se rompe ) causa náuseas y vómitos que conducen a la deshidratación y el atrofio de los riñones, hígado y el bazo. La muerte generalmente sobreviene en cuestión de tres a cuatro días.

Ubicación: es nativa de Indonesia, aunque se encuentra alrededor del mundo en climas tropicales y subtropicales.

Toxina: abrina. Sólo 3mg de esta sustancia (menos de lo que contiene una semilla)  son suficientes para matar a un adulto.

En las semillas y los extractos solubles en agua de Abrus precatorius está presente una lectina llamada abrina, similar a la ricina y también muy tóxica.

La abrina es un dímero compuesto por dos proteínas subunidades, denominadas A y B. La cadena B abrin facilita la entrada en una celda de unión a ciertas proteínas de transporte en las membranas celulares, que luego el transporta la toxina en la célula. Una vez dentro de la célula, una cadena impide la síntesis de proteínas por inactivación de la subunidad 26S del ribosoma. Una molécula de abrina es capaz de inactivar hasta 1.500 ribosomas por segundo. Los síntomas son idénticos a los de la ricina, excepto que la abrina es más tóxica en varios órdenes de magnitud, la dosis mortal de ricina es aproximadamente 75 veces mayor que la dosis mortal de abrina. La abrina puede matar con una cantidad en circulación de menos de 3 microgramos.[cita requerida]

La abrina no penetra la piel intacta. Además del consumo por vía oral, otra posible ruta de exposición a la toxina es la difusión como aerosolo de una solución de abrina.

En la medicina alternativa, se emplea para curar llagas y rasguños, y las heridas causadas por gatos, perros y ratones. Para el tratamiento de los leucodermas, se utiliza en combinación con otros ingredientes. Las hojas de la hierba se usan para curar la fiebre, el resfriado y la tos. Las raíces se emplean para tratar la ictericia, masticadas como un remedio para la mordedura de serpiente y en pasta para curar dolores abdominales. La infusión de raíz fresca tiene propiedades anticonvulsivas y antimaláricas. La decocción de raíz seca se utiliza para tratar la bronquitis y la hepatitis. En la medicina ayurvédica, las hojas se emplean como expectorante, laxante y afrodisíaco, y para tratar el eccema, la urticaria, la estomatitis, la alopecia areata, la conjuntivitis, la migraña, la dismenorrea y los linfomas/leucemia.

Las semillas de Abrus precatorius son muy bonitas.1 Poseen un llamativo color rojo brillante, con un extremo negro, y recuerdan a una mariquita.4 Atraen mucho a los niños.1 Son muy valoradas en joyería4 y se emplean para hacer adornos (collares, pulseras, etc.),1 pero su utilización es peligrosa dada su toxicidad.3 4 Se han registrado casos de envenenamiento y muerte a raíz del pinchazo en un dedo con las semillas de los abalorios.4 Tienen actividad antimicrobiana e insecticida. Varias tribus africanas utilizan semillas en polvo como anticonceptivo oral. Las semillas también se emplean para tratar hinchazones dolorosas y la tuberculosis. Se dice que el veneno de las semillas se destruye con la cocción y se comen en ciertas partes de la India. Para teñir el cabello encanecido, se aplica una pasta hecha con hojas y semillas.





belladona

Planta perenne herbácea, de la familia de las Solanáceas. Con frecuencia es un subarbusto, a partir de un rizoma carnoso. Las plantas crecen hasta 1,5 metros (4,9 pies) de altura con hojas largas ovaladas de unos dieciocho centímetros. Tallos muy ramificados y leñosos en su base. Sus flores son llamativas por su forma acampanada, aunque no suelen ser de color vistoso. Las flores en forma de campana son de color púrpura con reflejos verdes a verdosos y olor débil. Los frutos son bayas de color verde a un color negro brillante al madurar totalmente, y aproximadamente 1 centímetro de diámetro. Las bayas son dulces, contienen atropina y son consumidas por las aves, que dispersan las semillas en sus excrementos, a pesar que las semillas contienen alcaloides tóxicos. Hay una forma pálida de flor amarilla llamada Atropa belladona var. lutea, con frutos de color amarillo pálido. Atropa belladona se utiliza muy poco en los jardines, pero cuando se planta, es por lo general por sus grandes frutos vistosos. Se ha naturalizado en algunas partes de América del Norte, donde se encuentra a menudo en lugares sombreados y húmedos de suelo calizo. Se considera una especie de maleza en algunas partes del mundo, donde coloniza zonas con suelos alterados eutrofizados, colinas boscosas o yacimientos carboníferos. La germinación de las semillas es a menudo difícil, debido a la cubierta dura de las semillas que causa latencia. La germinación tarda varias semanas bajo condiciones de temperatura alterna, pero se puede acelerar con el uso de ácido giberélico. Las semillas están diseñadas para pasar por el sistema digestivo de las aves.

Al igual que las daturas o la mandrágora, esta planta pertenece a la clásica farmacopea de las "hierbas de las brujas". Para muchas tradiciones europeas, la belladona ha sido -y sigue siendo- objeto de creencias, leyendas y fábulas diversas. Fue utilizada en el antiguo Egipto como narcótico; en las orgías dionisíacas griegas como afrodisíaco, en las ofrendas romanas a Atenea, diosa de la guerra, para provocar el fulgor en la mirada de los soldados, en Siria para "alejar los pensamientos tristes", y en tierras celtas y centroeuropeas para honrar a Bellona, diosa de la guerra. En la Edad Media su uso y difusión pasa a ser secreto y se relaciona con Paracelso y otros autores vinculados a la alquímia, así como con las mujeres de conocimiento conocidas como "brujas".

Se cree que su nombre deriva del uso doméstico que hacían de ella las damas romanas (donnas bellas), haciendo infusión con sus hojas para blanquear el cutis y aplicando el jugo de su fruto en los ojos para provocar dilatación de las pupilas (midriasis).

La planta crece en lugares sombreados; normalmente alcanza una altura de 1,5 metros, posee flores de color morado y un mal olor característico.


Frutos de la belladona.
Sus alcaloides (hiosciamina, atropina, escopolamina), derivados del tropano, la convierten en una planta venenosa, capaz de provocar estados de coma o muerte si es mal administrada. En dosis tóxicas provoca cuadros de delirio y alucinaciones. A pesar de ello, la planta se utiliza medicinalmente en oftalmología como midriático, como antiespasmódico, antiasmático, anticolinérgico, etc. Correctamente utilizada en neumología se usa para problemas de espasmos bronquiales aunque puede acarrear escasez de secreciones. Los extractos de belladona se han empleado clásicamente en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson y los síndromes parkinsonianos con relativo éxito, cuidando de prevenir efectos colaterales y adversos. La belladona también se emplea en gastroenterología en dosis bajas como neuroregulador intestinal en casos de colon irritable, colitis ulcerosa, etc. En dosis moderadas puede servir como un buen analgésico o una planta anestesiante.

 En la medicina herbolaria suelen prepararse cocimientos con las bayas y la raíz para tratar diversas afecciones.
 En la medicina moderna se aplica localmente en forma de solución durante intervenciones oftálmicas ( la belladona es una gran ayuda cuando se requiere operar los ojos. Sin ella, difícilmente puede llevarse a cabo una operación de los ojos). Sus efectos comienzan entre los 15 y los 30 minutos.
Se puede administrar también en tabletas, cápsulas, homeopatía o gotas de administración oral.

Belladona y homeopatía

La belladona es utilizada con gran eficacia en homeopatía para tratar diversas afecciones, se usa en preparaciones homeopáticas, en combinación con otros agentes, como los alcaloides derivados del cornezuelo del centeno (ergot) o barbitúricos.

Algo de historia sobre la Belladona

Esta planta ha sido considerada con propiedades mágicas en la Edad Media, ya que fue usada en prácticas secretas de hechicería por brujas de esta época. Ha sido objeto de muchas antiguas leyendas y creencias. Usada cómo narcótico por los antiguos egipcios, y por los sirios como antidepresivo o estimulante, para “alejar los pensamientos tristes“. Su nombre hace referencia al uso doméstico de antiguas damas italianas quienes frotaban un fruto de belladona debajo de sus ojos para hacerlos lucir hermosos.




Higuera infernal

La higuera infernal, conocido en algunos países como higuerilla, es un arbusto que crece como “mala hierba” en los bordes de los caminos y terrenos baldíos. Crece sólo en climas templados, ya que las heladas constituyen su peor enemigo. Es un arbusto que puede medir hasta 15 metros de altura; el tallo puede presentar cierto color rojizo, así como los peciolos y los nervios de las hojas, que son muy grandes, palmeadas, y con más de cinco lóbulos afilados con los bordes dentados. Según la raza de ricino que se trate, el aspecto y color de la semilla variará: con o sin espinas o púas, de color rojizo… La floración se produce durante todo el año. La especie es monoica, esto es, en la misma planta existen dos tipos de flores distintas, las masculinas, situadas en la parte inferior de la inflorescencia, y las femeninas, en la parte superior. Para la obtención del aceite se exprimen las semillas sin tegumento, con lo que se obtiene una torta que también es tóxica, pues en ella se encuentra ricina; por eso no se puede emplear en la alimentación del ganado, a diferencia de las que se obtienen de la extracción de otros aceites. Después se refina con tratamientos con vapor de agua, filtros y aclaramiento, consiguiendo así un líquido viscoso, más o menos amarillento, de sabor desagradable. Hasta no hace mucho tiempo, el aceite de ricino era tan popular como el aceite de hígado de bacalao. No faltaba en las casas un frasco con ese aceite, que se daba a los niños cuando tenían empacho o estreñimiento agudo
l ricino es un arbusto de tallo grueso y leñoso, hueco que, al igual que los peciolos, nervios e incluso las propias hojas en algunas variedades, puede tomar un color púrpura oscuro y suele estar cubierto de un polvillo blanco, semejante a la cera.

Las hojas son muy grandes, de nervación palmeada y hendidas de 5 a 9 lóbulos, de bordes irregularmente dentados; las hojas son alternas, con peciolo muy largo, unido por su parte inferior.

Las flores están dispuestas en grandes inflorescencias, erguidas, que, cuando jóvenes, emergen de una espata en los nudos entre el tallo y los pedúnculos de las hojas; en la parte inferior de dichas inflorescencias están las flores masculinas, con un cáliz, con cinco piezas lanceoladas/triangulares y múltiples estambres soldados, con forma de columna, ramificada en forma de coliflor. Las flores femeninas se encuentran en la parte superior de la panícula, con ovario, formado por tres hojas carpelares y rematado por un pistilo trifurcado, con papilas destinadas a captar el polen. Florece casi todo el año.

El fruto es globuloso, trilobulado, casi siempre cubierto por abundantes púas, que le dan un aspecto erizado; tiene tres cavidades, cada una con una semilla, grande y jaspeada, de superficie lisa y brillante, rematada por una excrecencia y que contiene una toxina llamada ricina.1 Al secarse los frutos, la cubierta espinosa se tensa progresivamente produciendo finalmente un efecto de resorte que lanza la semilla a distancias superiores a los diez metros, siendo ésta la forma de esta planta para extenderse.


Requiere un clima cálido sin heladas, está disperso por casi todas las regiones cálidas del globo, habiéndose naturalizado por ser una planta cultivada desde la antigüedad. Parece ser originaria del cuerno de África (Abisinia).
Las semillas son muy tóxicas, por la presencia de una albúmina llamada ricina, ya que basta la ingestión de unas pocas, masticadas o tragadas, para que se produzca un cuadro de intensa gastroenteritis con deshidratación; puede dañar gravemente el hígado y el riñón e incluso producir la muerte. Es una de las toxinas biológicas más potentes que se conocen.

El aceite de ricino, obtenido por prensado de las semillas y calentado para destruir la ricina, es uno de los purgantes más reputados, debiéndose su acción al ácido ricinoleico; tiene el inconveniente de su desagradable sabor. En la actualidad encuentra aplicaciones en la industria de pinturas y barnices, así como para la fabricación de lubricantes y líquidos para frenos.





Tejo

Pueden alcanzar una altura de hasta 20 metros. Aunque con frecuencia se desarrolla de manera desigual, su copa es piramidal con abundantes ramas que salen del tronco de manera horizontal. El tronco es grueso y con una corteza delgada de tiras pequeñas de color pardo rojizo o grisáceo, alcanzando diámetros de 1,5 metros. Son muy longevos, pudiendo superar los 1.500 años de vida. Tiene hojas perennes de 10 a 30 mm. dispuestas en dos hileras opuestas, de color verde oscuro por la cara superior y amarillento o glabro por el envés. Es una especie dioica, con pies masculinos o femeninos. Fructifica en forma de arilo carnoso que rodea la simiente, de intenso color rojo y sabor agradable. Maduran en otoño y cada seis o siete años el árbol tiene una producción abundante de frutos. Raramente forman bosquetes, siendo lo común encontrar a los ejemplares aislados. Casi todas las partes de la planta son ricas en alcaloides tóxicos: taxina, taxol, y baccatina, siendo el primero el más peligroso, pues puede llevar a la muerte en pocos minutos. El arilo o baya es la única parte libre de taxina, pudiendo ser ingerido con la precaución de retirar la semilla.

Su madera es muy dura, de grano fino y apretado, lo que la hace muy apta para ebanistería y talla, aunque la escasez de piezas de suficiente grosor, debido a su crecimiento muy lento, limita su uso. Durante la Edad Media fue muy utilizado en las Islas Británicas para la elaboración del arco largo, por su resistencia y flexibilidad, hecho que produjo su casi extinción en las islas.

Silio Itálico, Lucio Anneo Floro y San Isidoro de Sevilla señalan el uso de estas semillas en la Península Ibérica por parte de los antiguos cántabros, astures y entre los pobladores de Gallaecia como veneno para suicidarse cuando se encontraban sitiados por el enemigo o presos de éste.

Estos pueblos celtas veneraban al tejo dado que formaba parte de algunos de sus rituales al ser considerado un árbol sagrado, probablemente debido a la extraordinaria longevidad de la planta, que la hace parecer inmortal. Por esta misma razón, en España ha sido plantado profusamente en la Cornisa Cantábrica al abrigo de ermitas, iglesias y cementerios desde tiempos remotos, como símbolo de la trascendencia de la muerte, y es habitual encontrarlo en las plazas de los pueblos bajo el cual se realizaba el concejo abierto. Todo esto es lo que le ha permitido perpetuar ese halo de misterio y sacralidad que envuelve lo relacionado con esta especie.

Para la tradición y cultura asturiana este árbol ha constituido un auténtico vínculo de su pueblo con la tierra, los antepasados y la religión antigua. En Asturias era costumbre el llevar a los difuntos una rama de tejo el Día de Todos los Santos, para que ella les guiara en su retorno al País de las Sombras. Durante la Noche de San Juan era asimismo usual que los mozos asturianos depositaran estas mismas ramas en las ventanas o puertas de la casa de sus pretendidas, mientras ellas les tiraban bayas de este mismo árbol.

Su cualidad de ser un árbol perenne, tanto en el sentido de su porte, como en su longevidad, le ha valido servir como marca fronteriza y como lugar de reunión. Un árbol que por su inmutable follaje verde oscuro puede ser localizado a gran distancia. En el mundo celta, de forma especial, se veneraba a los árboles que habían visto y vivido mucho, se tomaban como sabios testigos del mundo.1

Los tejos son los ermitaños de los bosques, les gusta vivir en la soledad de las hondonadas sombrías, donde crecen lentamente durante siglos e incluso milenios.





Acónito común

Familia: Familia del ranúnculo – Ranunculaceae
Forma de crecimiento: Hierba perenne. Rizoma tuberoso.
Altura: 0,8-1,5 m (32–60 pulg.). Parte superior del pedúnculo pilosa.
Flor: Perianto irregular (zigomorfo), de color violeta oscuro, de aproximadamente 2 cm (0,8 pulg.) de alto. Cinco sépalos, petaloides, la parte superior en forma de casco, en general un poco más anchos que altos, densamente pilosos y grisáceos. Dos nectaríferos estaminoides encerrados dentro del segmento similar a un casco. Muchos estambres. Gineceo con hojas separadas, generalmente 3 pistilos. Inflorescencia no ramificada o levemente ramificada en la base, en racimo con pelos cortos densos o algunas veces glabro.
Hojas: Alternas, basales de pecíolo largo, hojas del tallo de pecíolo corto a sin pecíolo. Limbo a menudo piloso en la parte superior, trilobulado hasta la base, lóbulos angostos, cónicos y profundamente lobulados.
Fruto: Folículo arqueado, glabro, que termina en una cerda corta, de aproximadamente 17 mm (0,68 pulg.) de largo, generalmente 3 unidos.
Hábitat: Patios, parques, riberas, terrenos baldíos, bosques de hoja ancha y riberas de arroyos. Ornamental, bastante rara en la naturaleza, pero puede sobrevivir largo tiempo.
Período de floración: junio–septiembre.
Los acónitos comunes se protegen contra los depredadores con un cóctel de veneno que contiene acónito, como es evidente por el nombre científico de la planta, y otros alcaloides estrechamente relacionados. La planta protege su rizoma muy cuidadosamente, pero de hecho todas las partes aéreas también son venenosas. El veneno del acónito común se conoce desde hace mucho tiempo y las tinturas ya se usaban en épocas antiguas, como por ejemplo el veneno para las puntas de flecha. En el inicio de la civilización occidental los romanos, griegos y árabes podían usar el acónito común en la guerra, para liberarse de bestias salvajes, además de utilizarlo en el asesinato deliberado de esposas molestas, enemigos políticos y otros adversarios.
Algunos gramos de la raíz del acónito común no parecen mucho, pero es suficiente para causar síntomas terribles que conducen a una muerte sumamente dolorosa en un par de horas. Por otra parte, la dosis correcta de raíz de acónito común y el acónito puro se pueden usar como analgésico para dolores, para prevenir infecciones y ensanchar las venas para tratar, por ejemplo, enfermedades coronarias. Si bien se dice que el acónito común es menos venenoso en países fríos que en países cálidos, no es una buena idea comenzar a probar.
Los hermosos acónitos comunes habitualmente se cultivan en jardines como plantas ornamentales. Una especie popular en Finlandia, aparte del acónito común mismo, es A. × stoerkianum, que cambia el color de sus flores de acuerdo en la variedad, de moteado azul y blanco a púrpura. El acónito (A. Eycoctonum) también se puede encontrar en la naturaleza de Finlandia. Encima de su flor un pétalo en forma de casco es claramente más alto de lo que lo es en sus parientes, y sus hojas son menos lobuladas. También se cultiva algunas veces en jardines, aunque no todos están convencidos de su belleza.
Es una planta herbácea perenne, lampiña, de 1 m o más, con el tallo simple. Tiene una raíz carnosa fusiforme con tubérculos de hasta 15 cm de largo, en forma de nabos de color pálido de jóvenes y marrón cuando envejecen. Las hojas pecioladas y alternas son palmadas profundamente recortadas, son rígidas y algo coriáceas, de color verde brillante, algo más claro por el envés. Las flores son grandes y atractivas de color azul o violetas de 3 a 4 cm de diámetro. El fruto consta de 3 ó 4 folículos o vainas capsulares que contienen numerosas semillas arrugadas.

Es venenosa al administrar por vía interna y ocasiona neurotropismo en los centros nerviosos, especialmente en el sistema respiratorio. A nivel cardíaco tiene efectos en la conducción y sincronización aurículo ventricular. Antipirético, hipotermizante.

Por vía externa actúa sobre las terminaciones nerviosas en un principio genera excitación y rubor, y luego parálisis, parestesias y anestesia. Tiene efecto analgésico y antiinflamatorio, reduciendo la permeabilidad capilar. Por este motivo la aconitina había sido utilizada contra la neuralgia del trigémino.

Es extremadamente tóxica por contener un potente alcaloide, la aconitina. 1 mg de aconitina es letal para un adulto de 80 kg de peso.

Debido a su alta toxicidad, la Organización Mundial de la Salud (WHO) y la Agencia Europea del Medicamento (EMEA) no recomiendan su uso para el tratamiento de ninguna dolencia.

La ORDEN SCO/190/2004, de 28 de enero, por la que se establece la lista de plantas cuya venta al público queda prohibida o restringida por razón de su toxicidad incluye a esta planta, quedando prohibida su venta al público, así como la de sus preparados, restringiendo su uso a la elaboración de especialidades farmacéuticas, fórmulas magistrales, preparados oficinales y cepas homeopáticas cuyo uso queda sujeto a la prescripción y al control médico

Hay varias teorías para explicar el origen del nombre de la planta. La palabra "acónito", según algunos autores como Plinio el Viejo y Teofrasto, deriva de A cona, un puerto del Asia Menor. Otros afirman que deriva de akontion, que significa "dardo", debido a que los pueblos bárbaros lo utilizaban para envenenar sus flechas; también hay quien indica que deriva del griego "Akon", que significa "de piedra o roca" porque crece en las montañas entre las rocas. Napellus significa "pequeño nabo" y hace referencia a la forma de la raíz. Según una antigua leyenda, la vaca fue engendrada por la sangre de Prometeo, el dios griego de la trampa y de la creación de la humanidad. Tanto los médicos griegos como los romanos ya recomendaban evitar su uso excepto para matar escorpiones. Avicena, el gran médico persa, fue el primero en utilizarla con fines medicinales.




Estramonio


El estramonio es una planta venenosa cosmopolita, de la familia de las solanáceas naturalizada en zonas templadas de todo el mundo. El género Datura contiene varias especies parecidas y polimorfas, todas ellas tóxicas de las cuales el estramonio es la más extendida. Crece en zonas cálidas eutrofizadas como orillas de ríos, establos, estercoleros, escombreras y vertederos de basuras. Es capaz de adaptarse a todo tipo de suelos, desarrollándose de manera más vigorosa en los suelos húmedos con nitratos abundantes. No es consumida por el ganado, quizá por su desagradable olor.

Entre las sustancias constituyentes características se encuentran alcaloides tropánicos, que en pequeñas cantidades son tóxicos o estupefacientes, como la atropina, la hiosciamina y la escopolamina, caracterizados por provocar reacciones anticolinérgicas en dosis pequeñas, y por causar el síndrome atropínico o incluso la muerte1 en cantidades mayores. Suele confundirse con el toloatzin o toloache mexicano (Datura innoxia, que se consideró inofensiva -como indica su nombre específico- pero que en realidad tiene los mismos efectos que es estramonio), y con el floripondio o floripón (Brugmansia arborea, la cual tiene todas las partes altamente tóxicas).
Hierba anual, laxamente pubescente, con pelos unicelulares cortos, blancos, en general adpresos y algunos más largos y pluricelulares. Tallos de 10-190 cm, cilíndricos, en general con ramificación falsamente dicótoma, glabros o pubescentes, al menos con una fila de pelos, cuando jóvenes con algunas glándulas amarillentas. Hojas ovadas, ovado-lanceoladas, oblanceoladas o romboideas, en general agudas, pecioladas, las más inferiores enteras, el resto de sinuadas a irregularmente lobadas; pecíolo de 4-120 mm, en general con una fila de pelos en la cara superior, con algunas glándulas amarillentas cuando jóvenes; limbo 25-240 por 15-220 mm, cuneado, con frecuencia asimétrico en la base, con los nervios principales prominentes al menos por el envés y alados, ciliado y pubescente al menos en los nervios cuando joven. Inflorescencia reducida a una sola flor, axilar. Flores actinomorfas, hermafroditas, ebracteadas, cortamente pediceladas; pedicelos de 4-10 mm en la floración y hasta de 15 mm en la fructificación, erectos, pubescentes. Cáliz de 25-55 por 4-15 mm, tubuloso, pubescente al menos cuando joven; tubo de 20-50 mm, más largo que los lóbulos; lóbulos de 3-10 por 2,2-5 mm, desiguales, triangular-lanceolados, ciliados; parte persistente del cáliz de 3,5-10 mm. Corola de 55-110 mm, infundibuliforme, con 5 pequeños lóbulos que se prolongan en un apéndice triangular lanceolado, blanca o azul-violeta, normalmente con 15 nervios, glabra externamente, con 5 pliegues internos desde la base hasta la inserción de los filamentos, cubiertos de tricomas cortos y adpresos. Estambres insertos más o menos a la misma altura, en la mitad inferior de la corola, ligeramente desiguales; filamentos de 20-35 mm, libres, más largos que las anteras, con el mismo indumento en la base que los pliegues de la corola; anteras de 2,5-7 por 1-1,7 mm, ovoides o elipsoides, rara vez débilmente cordiformes, amarillas o negruzcas, con finos y largos pelos en los márgenes después de la dehiscencia. Estilo de 35-65 mm, comprimido. Fruto erecto de 16-45 por 13-45 mm, ovoide, elipsoide o más o menos esférico, dehiscente por 4 valvas, con más de 35 espinas, pardo, pubescente, con pelos muy cortos y a veces con algunas glándulas amarillentas; espinas de 1-10(14) por 0,5-2(3,5) mm, ligeramente desiguales, glabras o pubescentes en la base. Semillas de 3-4 por 2,5-3,5 mm, reniformes, densa y diminutamente foveoladas, negras.2
Es una planta psicoactiva y sus alcaloides, a partir de determinadas dosis, presentan efectos neurotóxicos. De todas las partes de este vegetal, las semillas son las más tóxicas, ya que más de 30 pueden constituir una dosis letal. Cinco gramos de la planta causan envenenamiento. Contiene los alcaloides: hiosciamina, escopolamina y atropina. La actividad anticolinérgica de estos alcaloides produce un delirio alucinatorio incontrolable de numerosas horas, cuando no la muerte,5 puesto que es la más venenosa de todas las solanáceas, potencialmente peligrosa incluso en su uso chamánico, aunque ha sido empleada para prácticas adivinatorias desde la antigüedad. A partir de Datura stramonium el químico alemán Albert Ladenburg (en:Albert Ladenburg) aisló en 1881 la escopolamina.

Su uso está restringido a algunas poblaciones nativas de América, sobre todo las hojas que las usan en altares, los chamanes la fumaban junto con el tabaco para entrar en trance. Evidencias arqueológicas y arqueobotánicas indican su presencia en contextos funerarios en el período alfarero temprano del centro de Chile (Planella et al. 2006). En la cultura mapuche existe la práctica de suministrar a los niños una vez en su vida esta planta, llamada «miyaye» en idioma mapudungun, para predecir su futuro de acuerdo con el comportamiento que tengan al estar bajo sus efectos.

Muy pequeñas cantidades bastan para inducir una intoxicación grave o mortal y la ingestión de cuatro o cinco gramos de hojas basta para matar a un niño.5 Se ha documentado un caso de intoxicación colectiva ocurrido en Jamestown, Estados Unidos, en 1616, cuando con ocasión de una rebelión el capitán John Smith dio a sus soldados una ensalada que contenía unas pocas hojas de datura. También se han reportado casos en lo que esta planta se ha utilizado para cometer violaciones, ya que puede provocar pérdida de control voluntario del movimiento.

En caso de envenenamiento, conviene hospitalización de urgencia. Normalmente se tratará de manera sintomática: lavado de estómago, sedación por inyección de benzodiazepinas y rehidratación.





Manzanillo de la muerte

Es tan venenoso que simplemente inhalar su humo o aserrín provoca tos, laringitis y bronquitis. 

Síntomas: Por contacto; ampollas, quemaduras e inflamación (en caso de los ojos ceguera). Ingerida; inflamación de la garganta y problemas gastrointestinales severos.

Ubicación: Se encuentra principalmente en Centroamérica y el Caribe.

Toxinas:  hipómanes A y B, presentes en todas las partes del árbol. 
La manzanilla de la muerte es un árbol de buen porte; puede alcanzar los 20 m de altura si su fuste crece de forma recta, pero por su distribución costera no es raro que se desplome durante su crecimiento, al no poder la arena retener su peso, y adopte luego una forma casi rastrera y sumamente tortuosa. El tronco y las numerosas ramas están cubiertos de una corteza gruesa y quebrada, de color gris. La copa es amplia y globosa.

Las hojas son simples, alternas, de forma elíptica, coriáceas, con prominentes nervaduras de color amarillo y el pecíolo largo. Es perennifolio, aunque pierde parte de su copa durante la temporada más seca, entre diciembre y enero. A comienzos de la temporada de lluvias produce inflorescencias en espigas axilares de hasta 7 cm de largo; la inflorescencia contiene una o dos flores femeninas rudimentarias, de unos 3 mm de diámetro, reducidas a un ovario bulboso y un estigma de forma estrellada, colocadas en posición basal, y flores masculinas más pequeñas, dotadas de numerosas anteras amarillas, a lo largo del resto. Las flores aparecen constantemente a lo largo del año, aunque su mayor número se presenta en marzo. La polinización es entomófila.

Fructifica produciendo un pomo de forma globosa, de unos 4 cm de diámetro, muy fragantes, cubiertas de una piel glauca y brillante. Contienen varias semillas redondeadas de color pardo. Todas las partes de la planta, corteza, hojas, flores y frutos, dejan manar al romperse un látex blanquecino y poderosamente irritante. Su contacto con la piel provoca irritaciones, quemaduras, ampollas e inflamación, pudiendo ocasionar ceguera en contacto con los ojos o la muerte de ser ingerido.
La planta es severamente tóxica para el hombre y posiblemente para todos los mamíferos, aunque algunos reptiles se alimentan de sus frutos y se alojan en su copa.

El contacto con la savia produce una violenta sensación de ardor, inflamando los tejidos y provocando ampollas y erupciones en la epidermis. En las mucosas la sensación es aún más agresiva, y es particularmente peligrosa en el tracto digestivo. La causticidad es tan elevada que consume con facilidad la tela de algodón y otros materiales ligeros.

El humo producido por la quema de hojas y madera es igualmente irritante. Sin embargo, la madera es dura y de muy buena calidad, y muy apreciada, aunque debe someterse a un largo y complejo proceso de secado al fuego antes de poder aún cortarse.

Taxonomía
Normalmente, los carteles de “no tocar” se suelen poner para evitar hacer daño a las plantas. Pero en este caso es justamente al contrario, pues es el hombre el que puede salir muy mal parado.
Porque el “manzanillo de arena”, “manzanilla de playa” o Hippomane Mancinella es, sin duda, una de las plantas mas peligrosas del mundo. No por nada le llaman también “el árbol de la muerte”. Se trata de una especie con apariencia de manzano, nativo de la playas de las islas del Caribe y America Central, que es un peligro mortal, pues todo en él es puro veneno.
Tocar el tronco ocasiona graves quemaduras, comer los frutos conlleva una intoxicación mortal e incluso quemar su madera produce un humo tóxico. En caso de lluvia, tampoco es conveniente resguardarse bajo el árbol, ya que el agua que se escurre por las hojas se convierte en una lluvia ácida como si cayera ácido clorhídrico.
Ni siquiera se aconseja echarse una siesta debajo, pues expele un polen, sobre todo en las horas de mayor temperatura, que es sumamente cáustico y consume con facilidad la tela de algodón y otros materiales ligeros. Por lo tanto colocarse bajo la sombra de este árbol durante largo tiempo puede producir eczemas en la piel que pueden llegar a convertirse en quemaduras de primer y segundo grado.